Nunca pensé que una película infantil nos pudiera enseñar tanto de matemáticas de manera sencilla pero a la vez tan interesante, llevándonos a explorar y a descubrir que las matemáticas están presentes en todo lo que nos rodea.
En mi opinión a pesar de que en la película se manejan conceptos quizá un poquito elevados para un niño, si es una película apta para infantes y también para adolescentes, jóvenes y adultos. Me agrado mucho y me pareció excelente la manera de introducirnos hacia conceptos matemáticos como Pitágoras, los pitagóricos y la música, el número de oro, el rectángulo áureo en la naturaleza, las matemáticas en los juegos y la idea del infinito en la imaginación.
En este cortometraje es fácil darse cuenta de la utilidad de las matemáticas, pues históricamente la película nos lleva hasta Grecia para mostrarnos que la música y las matemáticas están íntimamente ligadas, que la proporción aurea la encontramos en la naturaleza que nos rodea. Además también podemos notar que la aplicación de esta disciplina se ha dado en la arquitectura, el arte, los deportes y juegos de mesa, y todo ello nos lleva finalmente a reflexionar acerca de que la imaginación no tiene límites y en ella podemos crear matemáticas y conocimientos que nos servirán para abrir nuevas puertas del conocimiento que aún permanecen cerradas. Para finalizar no me queda más que decir que sigamos disfrutando y descubriendo ese mundo de las matemáticas y que veamos cada vez más claramente la utilidad de éstas en nuestra vida y todo lo que podemos lograr a través de ellas. La película nos invita a aprender que las matemáticas no son exclusivas de “locos” o matemáticos propiamente dicho, sino que absolutamente todos podemos abrir esas maravillosas puertas del conocimiento.
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